21 Gramos es una película de 2003 dirigida por Alejandro González Iñárritu. Se trata de la segunda película de la llamada Trilogía sobre la muerte del director mexicano; Amores perros y Babel también forman parte de ella.
El título de la película hace referencia al peso hipotético (21 gramos) que cualquier persona perdería al dar su último aliento, según calculó el doctor Duncan MacDougall.
Se estrenó en cines en Estados Unidos el 21 de noviembre de 2003 y en Italia el 16 de enero de 2004.
Reseña
Jack Jordan es un ex convicto que se convirtió en un creyente fundamentalista después de su última estancia en prisión. Su vida familiar se ve dificultada por su insistencia en la fe, que a menudo conduce al fanatismo, mientras que sus posibilidades de encontrar trabajo se ven comprometidas por su desafortunada reputación.
Cristina es una ex adicta a la cocaína que ahora lleva una existencia tranquila con su marido y sus dos hijas.
Paul Rivers es un matemático con graves problemas cardíacos y busca un donante; Debido a su enfermedad se encuentra viviendo nuevamente con su ex esposa Mary, quien desea tener un hijo con él a toda costa, incluso recurriendo a la inseminación artificial.
El acontecimiento central en torno al cual gira toda la historia es el accidente de coche en el que Jack Jordan atropella al marido y a las hijas de Cristina, quienes mueren por falta de auxilio. El corazón de Michael (el marido de Cristina) queda así implantado en Paul Rivers, quien por fin puede volver a su vida, pero está obsesionado con encontrar a la persona a la que le debe la vida.
Se cruzará así con el rastro de Cristina (que ha vuelto a ser adicta a diversas sustancias y al alcohol) estableciendo con ella una relación que al principio parecía comprometida por el triste vínculo que los unía. Los dos deciden matar a Jack Jordan (que se había entregado y ya había cumplido su condena) para hacerle pagar, y se mudan al mismo motel donde ahora vive. Esto conducirá al encuentro final entre los tres personajes ahora agotados y a la dramática conclusión de la historia.
La película –la segunda obra del director mexicano Alejandro González Iñárritu después de Amores perros y la primera película rodada en Estados Unidos– es un drama psicológico con una estructura narrativa y una técnica de filmación que constituyen sus características peculiares: la primera parte de la película consta de a partir de continuos flash-forwards mientras que algunas de las tomas están hechas con cámaras sin trípode, lo que tiende a dar a las imágenes un efecto particular.
Intérpretes y personajes.
Sean Penn: Paul Rivers
Naomi Watts: Cristina Peck
Benicio Del Toro: Jack Jordan
Charlotte Gainsbourg: Mary
Danny Huston: Michael
Eddie Marsan: John
Melissa Leo: Marianne
John Rubinstein: ginecologo
Clea DuVall: Claudia
Denis O'Hare: Dr. Rothberg
Marc Musso: Freddy
Paul Calderon: Brown Paul Calderón: Brown
Mi Opinión.
A medida que el órgano de Sean Penn es disecado durante la cirugía, también lo es la historia misma; El corazón es el capullo que envuelve la narración, del que toda la tríada querría liberarse. Paul no puede, está confinado a una silla de ruedas; No podrá hacerlo ni siquiera después, encerrado en la olla a presión cianótica del organismo (las arcadas).
Cristina también es rehén de su corazón: es lo que la separa de su marido y de sus dos pequeñas niñas, tres cadáveres detrás de una curva de la carretera registrada sólo en el contestador automático. Y luego el corazón de Jesús –o mejor dicho, de Jesús: Jack (sí) dibuja un dios muy personal, que patea el suelo con la iconografía de la pared y ama mucho, mucho, demasiado, hasta el fanatismo perturbado la cena familiar).
Predica la oferta de poner la otra mejilla pero omite la ayuda, mientras en sus oídos varía el sonido de los cánticos de los feligreses: el alegre himno al Señor que en realidad es la sombría banda sonora de la decadencia. Moviéndose tan ligeras como sombras (o tal vez: tan pesadas como 21 gramos), las líneas de la historia están acompañadas por un ligero zumbido concéntrico: el grito de una cortadora de césped enloquecida en el prado, pero sobre todo el rebobinado del círculo del tiempo.
Ésta se extiende, se enrolla, sufre con los protagonistas, es silenciosamente agnóstica (la primera escena), estalla de ruido (el accidente) y finalmente encuentra engañosamente su salida: parece que con el bisturí se puede volver a empezar. pero siempre es él –el corazón- “el culpable”.
El trío de almas baja la cabeza en una aceptación cruel/tierna, pero ninguna abraza su propia catarsis (Paul espera otro corazón, Cristina recuerda a sus hijas, Jack regresa encerrado en la casa del fundamentalismo). Toda la película está lanzada con el tiro de una metáfora demasiado usada; El español funciona por sustracción, hagámoslo también.
Quitemos la autopsia elegantemente gratuita de la imagen, quitemos a los tres actores principales (Benicio siempre espléndido y alterado), quitemos los pasajes de dirección (la cámara lenta de la escena principal): queda el archivo único de topoi (¿estereotipos?) accidente, duelo, amor, venganza, hospital, muerte…, algunas frases pegadizas que poco o nada significan (las que justifican el título), una película que muestra su cola de pavo real. Iñárritu cierra una obra desesperada pero que lo está haciendo muy bien y se nota, con su propio desapego nos distancia de la narración al mostrar el último órgano en formol: su corazón, a sólo una mirada y lejos, latido regular.
Fuente imágenes: IMDB.
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